Todavía cierro mis ojos y veo
aquella enorme lona amarilla, que a escondidas de todos luego pintamos
de color verde en la azotea de mi casa. En mi memoria están presentes
hasta hoy las seis enormes cámaras de tractor que compramos José y yo a
250 pesos, las sogas monumentales que empapamos en petróleo, y la cara
triste que puso mi papá, cuando sus queridos libros fueron a parar a un
cuarto de la casa en frías cajas de cartón, al haberlo convencido "a
duras penas" de que nos donara las largas tablas de uno de sus amados
libreros, su incuestionable compañía de tantos años, los cuales
adornaban la enorme sala desamueblada de nuestro hogar.
No conozco a cubano que no tenga
un familiar, un amigo, o un conocido balsero. El drama de surcar los
mares en la búsqueda de un futuro mejor, de libertades, o del sueño
americano, ha sido desde 1959 la espectacular visión de no pocos en la
Isla. Otra desgarradora muestra que. "sin contar con estadísticas
certeras y confiables", nos heredara, para desgracia, nuestro impuesto y
desgastado Frankenstein sociopolítico.
Hoy ojeo en las noticias que no
le llegan a tantos cubanos, sobre una "quedada espectacular", la cual
como gancho noticioso nos dice: "Llegaron al Aeropuerto Internacional de
Miami y trás aterrizar desaparecieron". Se trata de dos jóvenes:
Anailín de la Rúa de la Torre y Javier Núñez Florián, quienes son dos de
los tres protagonistas de "Una Noche", cinta dirigida por la británica
Lucy Mulloy, que narra el drama vivido de los balseros cubanos y que se
exhibe en el Festival de Cine de Tribeca de Nueva York. El tercer actor,
y que supuestamente regresará a Cuba, es Dariel Arrechaga, uno de los
intérpretes en la cinta, que al igual que sus compañeros debutaron como
actores en el largometraje de Mulloy.
Una Noche es una de las doce
cintas escogidas por el Festival de Tribeca para optar por el premio a
la mejor película que otorga el certamen, y que ya tiene a sus espaldas
varios reconocimientos como la Spike Lee Production Grant o la Hollywood
Foreign Press Association Grant. En un comunicado, representantes del
festival solamente se limitaron a confirmar la ausencia de los dos
actores cubanos.
Según comenta Mulloy a (AP/ENH)
el objetivo de su película no fue el de mandar un mensaje de tono
político, sino el de mostrar una de las realidades que vive Cuba y
explicar "una historia sobre las emociones y las relaciones entre los
muchachos". H istoria que representa la sociedad, la de a pie, la
extenuada, la que en su in-percepción sobre la realidad no perciben los
jerarcas.
Desde el punto de vista
cinematográfico, hasta no poder ver el film no podré juzgar su calidad,
su mensaje y otros aspectos, pero es incuestionable, innegable, que el
mensaje llegó a los jerarcas y a todos, la realidad ha superado con
creces a la ficción. Los jóvenes actores acaban de demostrarnos a todos
que no quieren pasar una noche más, pero en el socialismo castrista.
Gracias a Dios, los dos
coterráneos no tuvieron que sufrir la amarga experiencia de otros tantos
cubanos, la de lanzarse al mar de la desesperación, arriesgando la vida
en una rústica balsa cubana.
0 comentarios:
Publicar un comentario