Se comenta que el 28 de junio de 1856, que
causalidad este mismo mes, el sastre y toldero de origen portugués:
Matías Pérez, entusiasmado por la creciente popularidad de volar en
globo, desapareció ante miles de ojos curiosos en la capital cubana.
Desde la Plaza de Marte, hoy en día conocido como Parque Central en la
Ciudad de La Habana, lo despidieron sus amigos y conocidos cuando se
esfumó en el horizonte sin dejar ningún rastro. Este, su segundo y
fatídico intento, irónicamente lo inmortalizó con aquella famosa frase
de: "voló como Matías Pérez".
Un
trinomio inolvidable del folklor cubano, sin duda alguna podría ser:
"La carabina de Ambrosio", "El médico chino" y "voló como Matías Pérez".
En este caso se encuentra un amigo mío de apellido Galán, a quien ya le
recordé a Matías Pérez y su desaparición, por estar constantemente
traspasando (por la natural necesidad de cocinar) el líquido inflamable
de los botellones de gas líquido.
Sé que él no es el único en toda La Habana en esta
situación, ya que para poder ser adquirido el balón que nos venden a 7
pesos por la libreta de racionamiento, hay que llevar el vacío que
corresponda con la numeración anotada y troquelada en el balón.
Nadie quiere perder el poquito de combustible que
nos queda, ante esta especie de control molesto de numeraciones, que le
agria y agita la vida a cualquier ser humano. Pero recuerden al hombre
del globo, por favor.
Los controles por estos días al inflamable y sus
envases han aumentado para nuestra desgracia, se comentan robos y
compromisos para más controles en las numeraciones y despachos, pero,
¡cuidado amigos!, que el hecho de que no esté resuelto el problemita
este, no puede ser motivo de que nos agreguen a la lista de los nombres
que como Matías han volado. Recuerden que las llamadas "balitas de gas"
ya tienen historias fatídicas en nuestra geografía y en especial por
estos días no se puede uno apresurar, hay que tener premura, pues como
bien dice la canción del salsero Willy Chirino: "ya viene llegando, ya
todo el mundo lo está esperando" y estoy seguro de que nadie querrá
perdérselo.
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