La Nueva Clase, obra del
autor yugoslavo: Milovan Djilas (1911-1995), fue escrita en 1956. En la
misma se describe, hasta el detalle, cada elemento de la sociedad
comunista de su época. Todo soplo de razón y cordura es aplastado. El
resultado es la miseria más descarnada física, moral y espiritual de la
humanidad.
Esta obra la leí hace muchos
años, inmaduro e ignorante de la realidad descarnada, solo quedó en mi
mente con fuerza atroz aquella fracción en la que el padre de una
adolescente, para poder sobrevivir y ganar la vida material, exponía a
su hija (desnuda, bajo una carpa cerrada) a libidinosos por unas monedas
que aumentaban al que apeteciera tocar y comprobar la virginidad de la
hija.
Cuando cualquier persona
honesta mira en un viaje real o virtual por toda la isla arruinada de
Cuba, fácilmente aprecia no solo la destrucción material, la pobreza, su
descolorido y el sentido surrealista de representar una antigüedad
dolorosamente actual con todo el subdesarrollo y atraso provinciano,
sino también esa estampa de pueblo desnutrido a falta de no estar
correctamente proteinizado, sino también mal vestido, mal calzado, etc.
Esas cosas se ven y se sufren desde lejos inmensamente, pero peor y más profunda herida es la que muchos llevamos en el alma, mente y corazón. Cuando una sociedad como institución general, comenzando por el Estado y Gobierno, niega la realidad espiritual de..."no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios" se está autodestruyendo, suicidando.
Fue después de esta base
ideológica, creada por la filosofía castro-comunista, que avanzó a pasos
gigantes el veneno del odio interfamiliar por causas ideo-políticas,
padres contra hijos, hermanos contra hermanos, tíos contra sobrinos etc.
Familias y vecinos completamente divididos por el solo hecho de no
coincidir en una ideología, llegando incluso a fusilados, producto de
delaciones de quienes debían apoyar, proteger o en el menor de los casos
encubrir.
Recientemente, una amistad
de origen ecuatoriano me refirió lo siguiente: "un compatriota fue a La
Habana, de esos que se creen don juanescos, que gustan del vino, la
parranda y la aventura. En una de las noches, recorriendo la ciudad, se
encontró con un hombre, que acompañado por una joven bella, tocaba la
guitarra y hacia su jolgorio. Al rato, se dirigió al hombre y le expresó
su admiración por la joven. De inmediato, el interlocutor le preguntó
si le gustaba, a lo que respondió positivamente. Y sin mediar mas
palabras le dijo: "cien dólares". Cuando la llevó al hotel, y sin
desvestirse, se provocó entre los dos una conversación sentimental, pues
le hacía recordar a su hija de aproximadamente igual edad y entre otras
cosas, la joven le informó que tenia nueve hermanos menores, y que el
hombre que la propuso era su padre".
Lo anterior trastornó de
dolor y emoción los sentimientos del turista, que le regaló cien dólares
sin tener sexo y, además, antes de regresar le donó sus pertenencias,
etc..Yo, personalmente conocía de hermanos proxenetas y otros fenómenos
de la des-espiritualización, pero este caso en especifico me hizo
recordar la obra "La Nueva Clase" de Milovan Djilas.
Cuando cualquier persona
franca, habiendo visto al cabo de más de 50 años lo que se ha logrado
bajo ese régimen, en lo material, espiritual y moral, si es
verdaderamente honesto, sabe que ser partidario en Cuba del régimen
represivo y totalitario no es una vocación ideológica, sino una opción
económica y de supervivencia, la más pingüe quizás, pero sin dudas, la
más cínica e indigna, contraria no solo a la lógica humana, sino
espantosamente lejana a lo espiritual, porque como en la fábula de
Samaniego, detrás de los que se comen las frutas y vegetales frescos van
los que solo alcanzan las zanahorias secas que dejan, pero sabiendo
que al final de la cola vienen los que solo recogen los cogollos
sobrantes que arrojan. Y otros peores, que por no alcanzar ni esto viven
en indecencia, ya que no pueden ser comprendidos por los que no viven
en esa sociedad miserable y des-espiritualizada que ofrece un régimen
ateo-materialista, que a fuerza del mimetismo del camaleón en peligro,
se mixtifica en ateos con creyentes, en un nada que
ver filosófico-religioso, para sobrevivir esta vida sin ninguna duda
temporal.
Es por ello que vale la pena
ahora, que podemos comparar la realidad con una obra que se considera
ya un clásico de proyección científica, (por castristas y por opositores
pacíficos por igual), ya que en el fondo el daño lo recibimos todos,
leerla y analizarla detenidamente.
En un artículo que leí
recientemente, de la pagina Misceláneas de Cuba, se resume lo siguiente
sobre la obra: "Si trazamos un paralelo entre esta obra y el desarrollo
de la sociedad cubana desde los últimos 45 años, se podrá observar como
en cada uno de los sectores de la vida de la sociedad Djilas acierta. En
la economía plantea, sabrá que a pesar de ser la más planificada, es la
más despilfarradora, nunca alcanza a elevar significativamente el nivel
de vida de la población, puesto que constantemente aplaza los recursos
para ello, para el logro de algún objetivo ideológico interno, o los
desplaza al extranjero a fin de obtener reconocimiento internacional.
Bajos salarios y sentimientos de no pertenencia, pérdida de identidad y
atropellos legislativos y jurídicos".
Esto no solo explica la
proyección de muchos extranjeros "ciegos y tontos" cómplices de tanta
ruindad, por acción u omisión, sino de algunas instituciones
internacionales etc., que ven los logros que nadie ve y mucho menos
sienten los de adentro. Y peor, que muestran al pueblo espoliado y
sufrido como una colectividad de lumpen mal agradecidos de un gobierno
"paternalista", que para colmo nos lo ha dado todo. Siendo la realidad a
la inversa: una cúpula que es parasitaria y exclusivista, escuchada por
los poderes siempre manipulados con el dinero que se le esquilma al
pueblo, con fines ideológicos y corruptos.
Cuando se des-espiritualiza
una sociedad, se le da vida artificial a la carne, debilitando la vida
real que es el espíritu, por lo que se logra aplastar más fácilmente la
rebeldía humana y su heroísmo contenido. Todo lo anterior desmoraliza y
conduce a variados tipos de desviaciones que favorece, con su "pan y
circo modernos", que son los cargos buenos, trabajos privilegiados y
glorias humanas pasajeras, etc., a los césares que de tal forma
adormecen a sus plebeyos y les aniquilan la voluntad soberana para
explotarlos mucho mejor.
En no pocos casos ayudan a
formar al delincuente al descompensar los valores éticos y morales,
haciéndolos ciudadanos no aptos para enfrentar ideológicamente las
tantas y variadas formas de injusticias, es decir, invierten el concepto
sabio y esencial del evangelio en general, pero más específicamente,
Juan 6:63 que establece: "El espíritu es el que da vida, la carne para
nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado son espíritu y son
vida."
Esto explica que un por ciento relativamente
alto de presos comunes hayan sido "fabricados" por el propio sistema,
que encubre verdaderos y potenciales presos políticos, que los convirtió
en comunes. El ejemplo del padre citado es tal vez un caso. La
prostituye por no tener conciencia espiritual, ni ayuda material
suficiente y adecuada, siendo claro que no solo no lo ampara, sino que
lo empuja, y es por tanto, también responsable de su creación y de
cientos de miles más, por la destrucción espiritual de la sociedad, la
misma que ahora no sabemos y comprendemos, si los pastores son ateos
comunistas, o los castro-comunistas pastores hipócritas.
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