Primera parte. |
Así ha dicho Jehová:
"Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y
su corazón se aparta de Jehová." Jeremías, 17.5.
En
1513, Nicolás Maquiavelo (1469-1527), indiscutible genio malévolo de
los intríngulis políticos, con espeluznante sagacidad e inclusive con
evidente desprecio por el pueblo, obsequió su obra "El príncipe" en
Florencia, Italia, a Lorenzo II de Medici, Duque de Urbino (1492-1519).
Más que todo, como servilismo vil y cobardía, para demostrarle apoyo,
mientras se encontraba confinado supuestamente por conspiración, es
decir, en el centro de las interminables intrigas palaciegas que hasta
el día de hoy no dejan de existir entre las elites gobernantes.
Entre los postulados que más
sobresalen en la observación global de sus tesis "maquiavélicas" se
encuentran: su perfil pro-tiránico, su claro pensamiento despectivo
hacia las masas populares, y su indiferencia hacia el dolor y
sufrimiento del pueblo, no solamente con conceptos, sino con métodos de
aplastamiento y de dominación sanguinarios; uno de los cuales, quizás el
más cínico, es que entre seleccionar el amor o el temor del pueblo,
debe preferir este último, puesto que el amor es más fácil de olvidar,
que el temor, ya que siempre lo perseguirá, como si fuera una especie de
rebano fatuo y despreciable, más apegado a los bienes que a la sangre.
Dócil en el temor y manipulable en la escasez.
Si alguna vez se realizara un
estudio especializado, no solo sobre la técnica de dominio
socio-político de la dictadura Castro-comunista, sino del sistema
comunista internacional en general, no podría prescindirse del análisis
detallado de la aplicación directa o indirecta del ingenio diabólico
negativo contenido en "El príncipe" sobre el dominio tiránico de un
gobernante respecto a sus coterráneos, pues no solo incluye con agudeza
escalofriante diversas maquinaciones y procedimientos, persiguiendo
enseñar a obtener dominio, poder y riquezas bajo la impunidad criminal
del desprecio al pueblo, sino que los justifica como un fin que bien
vale cualquier medio.
Este folleto, lejos de ser un
manual exclusivo para ambiciosos totalitarios absolutos, es una guía
para una enorme mayoría de supremacistas y racistas, independiente del
partido político al que pertenezca, pudiéndose aplicar parcialmente
métodos encubiertos para propósitos menos elevados terroríficamente, lo
que ha garantizado una siempre vigencia de los múltiples postulados
malévolos contenidos en el manual.
Es el caso del ya políticamente
fenecido engendro "Tirano en Jefe", el que extremó la aplicación
diabólica de los postulados y añadió frutos de su satánica cosecha, a
quien se le fue la mano, y donde Maquiavelo se refirió a temor lo
sustituyó por terror, al igual que otros como: Lenin, Stalin, Trujillo,
Hussein, Gadafi, etc. Entre los más relevantes postulados, cuya
aplicación sugieren están:
- Relegar del cargo a los
seguidores del adversario. Aplicado no solo a los partidarios del
régimen anterior, sino inclusive a los que no respondieron a su
directriz de no votar por el candidato oficialista Andrés Rivero Agüero
(1905-1997), sancionándolos a diez años de suspensión de derechos
políticos, a pesar de que ejercieron sus derechos legales. De paso, como
es conocido, no tenía el caudal humano políticamente confiable para
dominar toda la nación, y como una medida doblemente beneficiosa,
estableció tareas masivas a sus simpatizantes como alfabetizar, recoger
café, etc., con lo cual a la vista pública se apreciaba como amante
indescriptible de su pueblo. Mientras, encubiertamente, preparaba una
cantera voluminosa y segura para sus fuerzas políticas y ejecutivas en
general. Cosa probada, pues a los que enseñó a escribir y leer, les
prohibió pensar, asociarse, hablar, etc.
- Aunque sugiere evitar ganarse
el odio masivo, no interfiriendo con los privilegios y bienes materiales
de los súbditos, olvida más rápido la muerte de su padre que la perdida
de las riquezas, deja abierta la posibilidad, pero solo se le aplica la
sanción que le imposibilite vengarse, como lo ha hecho durante más de
medio siglo, fusilando, desterrando, aplastando hasta el polvo a todo
opositor, familia y hasta simpatizante, por lo que cuando uno cae en
desgracia ante el régimen de oprobio, también pierde familia, amistades
etc.
- Los hombres (continua
Maquiavelo) son tan simples, que aquel que los engaña encontraría
siempre a fatuos que se dejaran engañar, como los cientos de miles de
muertos de hambre y porristas calamitosos de la sociedad que todavía
aplauden y van a las plazas, o que siendo estafados políticos y más
económicos, sirven de turbas criminales cómplices contra el pueblo
rebelde y angustiado.
- Las armas son sostén de las
leyes, manipuladas a conveniencia, pues a los hombres hay que
conquistarlos o eliminarlos, como ha sido la practica feroz del
Castro-comunismo, siendo el valedero real, la cúpula y los extranjeros,
cuyo dinero ha sido la visa extorsionadora y oprobiosa que nos ha
convertido en ciudadanos de facto, intermediarios o mensajeros
celestinos ante estrados internacionales.
- No hay mejor profeta que el
que está armado, (este Satán no supo nunca de Cristo), no obstante debe
ser ágil en fingir y disimular, con lo cual más que reflejarlo (al
cadáver político) pareciera que lo reproduce, lo clona en la historia a
más de cuatro siglos después. El único medio seguro de dominar una
ciudad acostumbrada a vivir libre es destruyéndola, cuyo plan siniestro
se ha multiplicado sobre un país completo, que más parece bombardeado
por explosiones de tiempo deprimente y atacado por las armas
bacteriológicas de la corrupción generalizada, la pobreza, la hambruna
nacional, la des-espiritualización y la mentira.
- Es preferible ser autoritario a
ser liberal, evitando los hechos de violencia y masacre que afecten a
toda la población, y solo ejecutando a personas para mantener el
autoritarismo, que por ser hechos individuales los pueblos olvidan,
siempre inconscientes y volubles, no auto reflejándose, pero los
atemoriza para su control.
- Para un príncipe, la postura
neutral sobre las guerras es desventajosa y solamente retrasa los
problemas. Meter en cada atolladero posible al pueblo, el que así no
podrá ocuparse de su propia liberación. Amenazas de agresión,
participación en guerras ajenas, colaboración con las guerrillas, y
conciliábulos en aquelarres políticos, han sido constantes métodos de
distracción y sufrimientos. Desde el comienzo de esta tragedia nacional,
mal hallada para la suerte del cubano, a la que tristemente se
denominó: "Revolución" hasta el día de hoy, 53 años después, como en las
ecuaciones matemáticas, la constante han sido los hechos devenidos en
sangre, misterios de muertes carcelarias y extra judiciales, masacres y
criminalidad de estado, que como columna vertebral del poder, ha sido el
cómplice sombrío de imposiciones astutas de leyes y arbitrios que en
resumen puede sintetizarse en mas que temor, terror, es cantar y reír en
un país cuya idiosincrasia es cantar y reír en las malas y en las
buenas.
Se ha documentado que cuando el
asalto al cuartel Moncada era innecesario la masacre a los enfermos en
el hospital militar, que solo perseguía aterrorizar. En el alzamiento
guerrillero en la Sierra Maestra y otras áreas montañosas, la abundancia
de los fusilamientos era tan frecuente que iba desde la causal de la
sustracción de una lata de leche condensada, hasta las sospechas de
traición. Se dice que hasta se utilizaban alambres de púas de las
cercas, en sustitución de sogas.
Al triunfo del desastre
sociopolítico, tal fue la alarma internacional, que el silencio cómplice
fue interrumpido por campanas de protestas, por tantos fusilamientos
en que los ejecutores visibles máximos, trás de los cuales se ocultaba
el del Fusilador en Jefe, fueron en La Habana el argentino Ernesto
Guevara, y en Santiago el actual General en Jefe.
Las protestas internacionales
lograron paralizar el proyecto aterrorizador que se extendía, salvando
así la vida de más de 60 pilotos apresados, entre otros.
La tragedia dantesca de las
prisiones, desde un principio hasta hoy, ha sido tal que no se podría
contabilizar la cantidad de muertos a bayonetazos, disparos incluso
dentro de las galeras, suicidios reales y provocados por las condiciones
inhumanas, de maltratos crueles y degradantes, impunes hambrunas y
falta de atenciones médicas mínimas, sin que siquiera se permitan sin
golpes, sin turbas y calumnias, familiares o comités que aboguen por un
trato humano.
Los ametrallamientos de barcos
con niños, mujeres y hombres indefensos, cuyos ejecutores en impunidad
hoy pasean por las ciudades, hundimiento de remolcadores, fusilamientos
de numerosos casos solo por brindar mensajes terroríficos a la
población, derribamiento de aviones civiles desarmados, etc.., No dan a
creer las generosidades de que alardea la cúpula de la mentira. Todo lo
anterior podría resumirse en ese quejido de ¡Pobre Cuba, tu lamento, tus
lagrimas y tanto dolor, no caben en el espacio en que has sido hundida
en el mar!
Continuará.
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