Blogroll

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El viaje.

Me quedé sin aliento. Me fui quemando en el sudor que me costó el delirio; en cada lágrima que acompañó el placer que comenzó en tu boca, cuando dueña de todo -entre furiosa y frágil- me quebraste la piel con la punta de un beso. 

Me quedé como muerto. Entré en una agonía de quejidos y espasmos y perdí la virtud de la conciencia, La razón, el pudor y el amor propio. Fui parte del propósito de un órgano con una idea fija, obsesionado por ser afirmativo verbo, indisciplinado, paranoico.  

No recuerdo la última vez que fui parte del mundo. Yo solo sé que fui arrastrado por un coro de sollozos a lo profundo de un túnel ovalado en eclipse total húmedo y convulsivo, Y que cuando volví del holocausto cerré los ojos, y desperté en este poema.

Ernesto Aquino.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Blog Archive