“Dignidad
Vs violencia”
A nuestros hermanos, los miembros de los
movimientos civiles no violentos del país,
especialmente a los de Altamira en Santiago
de cuba.
Introducción:
La
dignidad es un valor que hace referencia irrestricta al ser humano en
cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador para
organizar y mejorar nuestras vidas mediante la toma de decisiones y
el ejercicio pleno de la libertad.
El
ser humano posee dignidad por sí mismo, no viene dada por
factores o individuos externos, se tiene desde el mismo instante
de nuestra fecundación o concepción y nos es absolutamente
exclusiva e inalienable.
La
dignidad significa autonomía propia del ser humano, pues sólo el
que sabe y puede gobernarse a sí mismo sin menoscabar la dignidad
de otros, resulta ser un sujeto libre, por lo que dicha autonomía
o dignidad ha constituido un potencial de emancipación del género
humano respecto a sus necesidades tanto materiales como
espirituales.
|
La
dignidad se basa en el reconocimiento de la persona en ser merecedora
de respeto, sin importar cómo seamos ni como pensemos. Significa
reconocer y tolerar las diferencias de cada individuo, para que estos
se sientan dignos y libres y puedan desarrollar la virtud en su
esencia creativa para su propio bienestar, por lo que refuerza la
personalidad y fomenta la sensación de plenitud y satisfacción.
Es
sabido, que para justificar la esclavitud se decía que el esclavo no
era persona humana. En la época del colonialismo, se decía lo mismo
del indio, que no tenía alma y por lo tanto no poseía dignidad
humana, o sea, que ha sido una constante en la historia de la
humanidad, negar la dignidad humana para justificar los atentados
contra ella. Desafortunadamente, esta realidad ha sido reencarnada en
nuestros días en el espíritu de algunos gobiernos totalitarios y
dictatoriales, que en nombre de la libertad, la democracia, la
igualdad, la solidaridad y el bienestar de todos sus ciudadanos,
asesinan despiadadamente la esencia misma del hombre como género
humano, convirtiéndonos en autómata de sus propios designios,
utilizando para ello, los métodos más sutilmente crueles y
antinaturales que se hayan conocido en el de cursar de toda la
historia de la humanidad.
No
es por casualidad que la dignidad humana esté presente en los
instrumentos que rigen el Derecho Internacional en nuestros días,
destacándose, ante todo, la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, que invoca en su Preámbulo, la dignidad intrínseca de
todos los miembros de la familia humana, para luego afirmar que todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Así
mismo, un gran número de Constituciones nacionales, hacen referencia
explícita a la dignidad humana como fundamento último de los
derechos que se defienden, y la cubana, paradójicamente, no
constituye la excepción, al expresar en su Preámbulo, el anhelo del
culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.
Todos
nacemos con el derecho de ser dignos, y nadie, absolutamente nadie,
tiene potestad para adueñarse y mucho menos para despojarnos de
nuestra condición natural de serlo. Por lo tanto, la lucha por la
dignidad humana debe constituir nuestra responsabilidad suprema, pues
vivir sin ella es morir, es asesinar a la humanidad misma.
Y
es este precisamente, el objetivo de la presente conferencia,
mostrarles los métodos, las herramientas adecuadas y necesarias para
recuperar este derecho natural que constituye la base fundamental de
la existencia humana.
Ahora
les invitamos a reflexionar sobre las siguientes preguntas:
1-
¿Tenemos cubiertas adecuadamente nuestras necesidades básicas de
alimentación y la de nuestros familiares?
2-
¿Tenemos cubiertas nuestras necesidades de vestido y la de nuestros
hijos?
3-
¿El salario que obtenemos por nuestro trabajo nos es suficiente para
vivir dignamente?
4-
¿Tenemos la posibilidad de hacernos de una vivienda medianamente
confortable?
5-
¿Podemos escoger libremente nuestro futuro y el de nuestros hijos?
6-
¿Podemos decidir sobre la educación de nuestros hijos?
7-
¿Podemos establecer negocios libremente, utilizando nuestra
creatividad y potencialidades, para garantizar de esta manera el
sustento y el bienestar de nuestra familia?
8-
¿Podemos expresarnos libremente de acuerdo con el dictar de nuestra
conciencia?
9-
¿Tenemos posibilidades reales de disfrutar de todos los espacios de
recreación, y distracción disponibles en el país?
10-
¿Tenemos posibilidades reales de viajar al exterior contando con
nuestros propios medios?
11-
¿Podemos asociarnos libremente para lograr fines concretos, nobles y
humanos?
12-
¿Podemos acceder a informaciones del Gobierno para así saber de su
gestión?
13-
¿Los órganos del poder popular que nos representan atienden y
solucionan todos nuestros problemas?
14-
¿Las instituciones de salud concebidas para el pueblo, mantienen las
condiciones mínimas requeridas para ofrecer un servicio adecuado a
la población?
15-
¿Se siente satisfecho con la calidad del sistema de educación del
país?
16-
¿Estamos satisfecho con la vida que llevamos y la que llevan
nuestros hijos?
Pues
bien, si usted llega a la conclusión de que vive una vida indigna,
de seguro estará dispuesto a luchar por ella y si considera que vive
dignamente, también estará dispuesto a luchar por la vida digna de
otros, pues de lo contrario no estaría viviendo dignamente.
Lic.
Nelson Rodríguez Chartrand. Abogado y Periodista Independiente
Joisy
García Martínez. Bloguero y Periodista Independiente.
0 comentarios:
Publicar un comentario