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martes, 4 de marzo de 2014

Conferencia sobre la Noviolencia


Dignidad Vs violencia”

A nuestros hermanos, los miembros de los movimientos civiles no violentos del país,
especialmente a los de Altamira en Santiago de cuba.


Introducción:

La dignidad es un valor que hace referencia irrestricta al ser humano en cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador para organizar y mejorar nuestras vidas mediante la toma de decisiones y el ejercicio pleno de la libertad.
El ser humano posee dignidad por sí mismo, no viene dada por factores o individuos externos, se tiene desde el mismo instante de nuestra fecundación o concepción y nos es absolutamente exclusiva e inalienable.

La dignidad significa autonomía propia del ser humano, pues sólo el que sabe y puede gobernarse a sí mismo sin menoscabar la dignidad de otros, resulta ser un sujeto libre, por lo que dicha autonomía o dignidad ha constituido un potencial de emancipación del género humano respecto a sus necesidades tanto materiales como espirituales.

La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona en ser merecedora de respeto, sin importar cómo seamos ni como pensemos. Significa reconocer y tolerar las diferencias de cada individuo, para que estos se sientan dignos y libres y puedan desarrollar la virtud en su esencia creativa para su propio bienestar, por lo que refuerza la personalidad y fomenta la sensación de plenitud y satisfacción.

Es sabido, que para justificar la esclavitud se decía que el esclavo no era persona humana. En la época del colonialismo, se decía lo mismo del indio, que no tenía alma y por lo tanto no poseía dignidad humana, o sea, que ha sido una constante en la historia de la humanidad, negar la dignidad humana para justificar los atentados contra ella. Desafortunadamente, esta realidad ha sido reencarnada en nuestros días en el espíritu de algunos gobiernos totalitarios y dictatoriales, que en nombre de la libertad, la democracia, la igualdad, la solidaridad y el bienestar de todos sus ciudadanos, asesinan despiadadamente la esencia misma del hombre como género humano, convirtiéndonos en autómata de sus propios designios, utilizando para ello, los métodos más sutilmente crueles y antinaturales que se hayan conocido en el de cursar de toda la historia de la humanidad.

No es por casualidad que la dignidad humana esté presente en los instrumentos que rigen el Derecho Internacional en nuestros días, destacándose, ante todo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que invoca en su Preámbulo, la dignidad intrínseca de todos los miembros de la familia humana, para luego afirmar que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.

Así mismo, un gran número de Constituciones nacionales, hacen referencia explícita a la dignidad humana como fundamento último de los derechos que se defienden, y la cubana, paradójicamente, no constituye la excepción, al expresar en su Preámbulo, el anhelo del culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.

Todos nacemos con el derecho de ser dignos, y nadie, absolutamente nadie, tiene potestad para adueñarse y mucho menos para despojarnos de nuestra condición natural de serlo. Por lo tanto, la lucha por la dignidad humana debe constituir nuestra responsabilidad suprema, pues vivir sin ella es morir, es asesinar a la humanidad misma.

Y es este precisamente, el objetivo de la presente conferencia, mostrarles los métodos, las herramientas adecuadas y necesarias para recuperar este derecho natural que constituye la base fundamental de la existencia humana.

Ahora les invitamos a reflexionar sobre las siguientes preguntas:

1- ¿Tenemos cubiertas adecuadamente nuestras necesidades básicas de alimentación y la de nuestros familiares?
2- ¿Tenemos cubiertas nuestras necesidades de vestido y la de nuestros hijos?
3- ¿El salario que obtenemos por nuestro trabajo nos es suficiente para vivir dignamente?
4- ¿Tenemos la posibilidad de hacernos de una vivienda medianamente confortable?
5- ¿Podemos escoger libremente nuestro futuro y el de nuestros hijos?
6- ¿Podemos decidir sobre la educación de nuestros hijos?
7- ¿Podemos establecer negocios libremente, utilizando nuestra creatividad y potencialidades, para garantizar de esta manera el sustento y el bienestar de nuestra familia?
8- ¿Podemos expresarnos libremente de acuerdo con el dictar de nuestra conciencia?
9- ¿Tenemos posibilidades reales de disfrutar de todos los espacios de recreación, y distracción disponibles en el país?
10- ¿Tenemos posibilidades reales de viajar al exterior contando con nuestros propios medios?
11- ¿Podemos asociarnos libremente para lograr fines concretos, nobles y humanos?
12- ¿Podemos acceder a informaciones del Gobierno para así saber de su gestión?
13- ¿Los órganos del poder popular que nos representan atienden y solucionan todos nuestros problemas?
14- ¿Las instituciones de salud concebidas para el pueblo, mantienen las condiciones mínimas requeridas para ofrecer un servicio adecuado a la población?
15- ¿Se siente satisfecho con la calidad del sistema de educación del país?
16- ¿Estamos satisfecho con la vida que llevamos y la que llevan nuestros hijos?

Pues bien, si usted llega a la conclusión de que vive una vida indigna, de seguro estará dispuesto a luchar por ella y si considera que vive dignamente, también estará dispuesto a luchar por la vida digna de otros, pues de lo contrario no estaría viviendo dignamente.

Lic. Nelson Rodríguez Chartrand. Abogado y Periodista Independiente
Joisy García Martínez. Bloguero y Periodista Independiente.

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