Lic. Nelson Rodríguez
Chartrand. Periodista Productora Independiente Criollo Liberal,
febrero 10,2014.
Oír hablar de placitas
estatales me hace recordar los cuentos infantiles que me hacia la
abuela para hacerme dormir o para controlar mi ingenua
insubordinación infantil, sin saber nunca, que muchas de las veces
optaba por fingir el sueño o subordinarme a su mandato para
librarme así, de esos relatos ingenuos en los que ya yo no creía.
Pues bien; estos
establecimientos estatales, especializados en la comercialización de
los altamente demandados productos agrícolas, surgieron con la idea
de proteger al pueblo trabajador de los altos precios en que eran
vendidos dichos productos, por los llamados kioscos particulares.
La estrategia utilizada
por el gobierno en este nuevo intento de glorificar su imagen,
consistió, simplemente, en la fijación de precios topados
(máximos), más atractivos que los ofertados en los kioscos
particulares, para de esta manera acabar solapadamente con la
propiedad privada, tratando de presentarla, una vez más, como la
causa universal de todos los males que acaecen en la humanidad.
Pero como ya estamos
acostumbrados a estos ensayos infructuosos o cuentos infantiles del
gobierno, el nuevo proyecto no albergó entusiasmo alguno en el
pueblo, actitud consciente, necesariamente adquirida, para menguar el
efecto del sufrimiento constante producido por las continuas
frustraciones.
Y así fue, la sabiduría
del pueblo no se equivocó, y al poco tiempo estas placitas se
convirtieron en espacios totalmente desolados y desabastecidos,
debido a que sus progenitores, no fueron capaces tan siquiera, darles
de comer.
Y así coexistieron
inexplicablemente las lápidas de las placitas estatales con los
florecientes kioscos particulares.
Pero la enraizada
incapacidad del gobierno de dar su brazo a torcer, hizo que a finales
de diciembre pasado, tomara la desatinada e irrisoria decisión de
desatenderse de las ya casi exhumadas placitas, y confiarlas al
cuidado y protección de las Cooperativas de Producción
Agropecuarias (CPA ).
Como es lógico, esto
produjo un desconcierto total en la población y en especial en los
trabajadores y asociados de las CPA, toda vez, que estas
instituciones, desde hace muchos años, no son capaces
productivamente ni siquiera, de autoabastecerse.
¿Qué sucede ahora, en
este mismo instante?
Pues nada, como era de
esperar, las Cooperativas no pueden ni mucho menos mantener a sus
hijas adoptivas , por lo que tienen que acudir a terceros (pequeños
agricultores, por lo general) para adquirir los productos a
comercializar, hecho este, como es lógico, hace encarecerlos a
niveles muy próximos a los de los particulares, sin tener en
cuenta que en muchos de los casos, el pueblo consumidor prefieren
adquirirlos en estos, debido a que la calidad de los productos
ofrecidos por las placitas o establecimientos estatales deja mucho
que desear, hasta el punto de llegar a ser, verdaderamente
inconsumibles.
Y así las cosas amigo
lector, me atrevería a profetizar, sin reserva alguna, que está a
punto de salir a la palestra pública un nuevo cuento de hadas para
intentar nuevamente hacernos dormir.
0 comentarios:
Publicar un comentario