La
Habana, Cuba, octubre de 2011
Joisy
García Martínez.
Me
adentre un tantico más en el mundo de la disidencia pacifica cubana
por un libro titulado “Enterrados vivos”, editado en los Estados
Unidos por el Grupo de Apoyo a la Democracia, y cuyo autor, Héctor
Maseda Gutiérrez se encontraba en prisión cumpliendo una condena de
20 años de prisión política, en el leí por primera vez la frase
en latín !AQUILA NON CAPIT MUSCAS! (¡El Águila no caza Moscas!),
era, y continúa siendo, una voz más levantada a la que querían
silenciar, doblegar o acoquinar.
En
la introducción del mismo el Poeta, periodista y expreso político
Manuel Vázquez Portal describía al autor como a un hombre amante de
la libertad y degustador de la verdad, y agregaba “La libertad para
él ha sido, y es, el agradecimiento del ser humano, el respeto al
semejante y la posibilidad de pensar y expresarse que tiene cada
individuo. La verdad no la ve como única e irreversible, sino que
la sume plural, abierta, susceptible de cambios para que en su
fortaleza no devenga dogma irrevocable. Gusta de la discusión sin
censura y del dialogo aportador. Nunca lo vi imponerse como dómine a
pesar de su sabiduría. Nunca lo vi dictar desde la cátedra humana
que es. De sencillez se engalana su espíritu. De nobleza y
generosidad se visten sus acciones. De tesón se construye su
cotidianidad. De perseverancia se hacen sus anhelos alcanzo la
dimensión de héroe sin proponérselo. Sólo aspiraba a ser un buen
ser humano”.
La
dedicatoria del libro dice: “Dedico este libro a mi esposa Laura,
sin su ayuda, amor y dedicación, no hubiera podido realizarlo. A mis
hermanos de causa “Los prisioneros de la primavera Negra de Cuba”;
a todos los hermanos de lucha y a los miles de hombres y mujeres que
mueren en las cárceles castristas.
El
viernes 14 de octubre de 2011 a las 8:17 PM un SMS, que me llego, me
informaba del deceso de Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda,
profesora graduada en español y literatura, una de las principales
líderes de las Damas de Blanco, ese grupo de mujeres que surgieron
durante la celebración del Día de la Madre del año 2003, cuando un
grupo de mujeres tuvieron que asumir las consecuencias de la
detención arbitraria de sus familiares. Laura lucho incansablemente
por la libertad de su esposo y de todos los presos políticos
cubanos.
Hoy
la despedimos un grupo de admiradores, amigos y familiares en su
modesta casita de la céntrica calle Neptuno en La Habana, conmovidos
profundamente en nuestros corazones, no le decimos adiós, su
ejemplar sacrificio constituye un compromiso aun mayor, serás fuente
de inspiración para defensores de causas justas, para nosotros, los
enterrados vivos, siempre recordaremos tu voz defendiendo la razón,
la paz, el amor y la reconciliación, que Dios la acoja y proteja.
0 comentarios:
Publicar un comentario