Joisy García Martínez. Periodista
independiente y miembro del Club Anarcocapitalista de Cuba CAC
El Guatao, La Habana, Constituye
para mí un verdadero privilegio, dimanando de la amistad y el compañerismo, el
hecho de contarnos entre los primeros que han ojeado el libro del libertarismo
en Cuba. Exactamente estudiando e introduciéndome en el pensamiento
Anarcocapitalista. Ojearle fue realmente nuestra primera intención, porque
nuestra compleja situación y ocupaciones disimiles nos limitan el profundo y
detallado tiempo de estudio que se necesita para hacer un examen riguroso de la
obra del mismo.
Y,
efectivamente, comenzamos a curiosear gracias a una amiga que me hizo llegar
unos CD desde los EEUU, y a quien desde este escrito le envío un gran
agradecimiento público, rebuscamos aquí y allá, en pequeños videos, en las
tentadoras páginas del Instituto Mises Hispano http://www.miseshispano.org , en www.liberzone.org y en la
biblioteca del buen camarada que nos autorizara a copiar la magnífica
literatura y biblioteca que lleva su página www.anarcocapitalista.com
Siguiendo seguidamente
nuestra inveterada costumbre, hicimos nuestra primera intención de ojeo
general, para imponernos el plan seguido…, la documentación, el estilo y la
finalidad perseguida por sus autores, a quienes llegamos a admirar
profundamente poco tiempo después, obras que nos motivaron en lo que
constituimos como Club Anarcocapitalista de Cuba (CAC) por sus enjundiosas e
interesantes alternativas e ideas.
Cuando el muro
de Berlín “Muro de la vergüenza” (Schandmauer) que separaba a
la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana fue derribado el 9 de
noviembre de 1989, la primera impresión de mi padre y algunos más fue
“ganamos”, el odioso socio-comunismo, la dictadura despiadada del proletariado,
ha sido derrotada…, recuperaremos la libertad.
A pesar de estos
hechos históricos las personas llegaron a la simple conclusión de que el
comunismo era malo y no funcionaba, pero, no observaban la más profunda y
general lección, y es que la interferencia del Estado destruye la economía y
las libertades individuales; todas juntas. Y duele, que aún no hayamos digerido
la mejor lección, de tan abominable sistema y traumáticos hechos.
Existen hoy sin
lugar a dudas muchas personas libertarias por intuición en nuestro país, ya que
viven bajo un gobierno que controla desmedidamente todos los aspectos de sus
vidas, y su natural reacción es la de terminar con la burocracia gubernamental.
Es por ello que aun los instintos de supervivencia del mercado libre no han
desaparecido y existen en Cuba. Transgredidos a emergentes mercados negros.
También tendría
que recordar que cuando los contrabandistas criollos del siglo XVII hurtaban a
la vigilancia de la metrópoli para comerciar con extranjeros, hasta con piratas
y bucaneros, estaban abriendo la vía psicológica a la independencia, puesto que
era una rebeldía contra la existente autoridad administrativa, adelantándonos
felizmente el camino de la insumisión.
Hoy existe sed
del conocimiento intelectual, en lo que respecta a la economía de libre mercado
y en especial al estudio de las magistrales obras de tan iluminados maestros
como Ludwig von Mises, Frederch Hayek y Jesús Huerta de Soto entre otros, y ese
aspecto me motiva a continuar liberando nuestro espíritu criollo.
Lo que preocupa
es el hecho de que el intervencionismo Estatal no ha sido aún con energía
desacreditado y se mantenga habiendo tenido tantos fracasos, esto es lo que
ocurre…, cuando las personas no entienden de economía, pues está más que
demostrado que la solución a los problemas económicos no se resuelven poniendo
los mismos en las manos del Estado intervencionista, sino, en las acciones
libres de los individuos que compran, venden y producen para la comunidad.
Hay que seguir
buscando la verdad, a pesar de la trágica situación del país en que vivimos,
donde la única alternativa ha sido, tal o mas cual intervencionismo del
estatismo, y presentárnosla sinceramente tal como le vemos y vivimos. Los que
continúan prometiéndonos en Cuba más socialismo, solamente nos ofrecen más
penurias, un evidente y no tan “raro” capitalismo compinche.
La generación de
hoy no debe ser una excepción, porque un pueblo no cesa en buscar un destino
mejor, y cuando cesa es para agonizar. Consiente y persistente en la búsqueda
de soluciones y la verdad, hoy vuelve a mi mente las palabras de algún
iluminado patriota cubano: “Por encima de las naciones está el mundo; por
encima de los cubanos, la Humanidad” y la humanidad eres tú, yo y nosotros.
Aún estamos a
tiempo, y los cubanos podemos contribuir eficazmente en la integridad de un
mundo capaz de ofrecer, a las más modernas y nobles aspiraciones humanas, un
ámbito de colaboración, justicia, paz y libertad. Hay que continuar trabajando
duro para fraguar la conciencia nacional.
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