Parte
I de IV.
“Quizás las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad en este mundo”
“Quizás las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad en este mundo”
Albert
Einstein.
Notas Biográficas.
Notas Biográficas.
Mohandas
Karamachand Gandhi (2 de octubre de 1869- 30 de enero de 1948) nació
en Porbandar, un lejano principado indio en el que su padre
procedente de la clase de mercaderes, ostentaba un alto cargo.
Su madre, devota consagrada, dividía su vida en la atención a su
familia y su consagración a Dios. Fue sin dudas el majestuoso
ejemplo para el hijo que consagrado al servicio de su pueblo, se
convertiría en una Deidad, más que amado, venerado por su
pueblo, por su pureza y fortaleza de espíritu, su ejemplo en el
servicio público y devocional, así como su desinterés material sin
par.
Sus
errores reconocidos fueron tan decisivamente aplastados por una
vida sacrificada y pura que mereció que el ilustre poeta
Rabindranath Tagore lo calificara y el pueblo lo reconociera como
Mahatma, que significa alma grande, hasta lo cual con suma modestia
negaba. Pese a los grandes meritos y enorme influencia, jamás aspiró
a cargo público y menos a prebendas personales ni familiares. Acorde
con lo que el mismo pueblo indio valoraba fue una especie de
mesías generoso y perfecto humano. Llevó a la práctica hasta
las últimas consecuencias la aparentemente contradictoria lucha no
violenta, pero siempre activa, por los derechos civiles y humanos, la
autonomía y finalmente la independencia de su amado país.
En
1887, a duras penas logró pasar el examen de admisión en los
estudios de Derecho en la universidad de Bombay. Se trasladó
posteriormente a Londres donde se graduó de abogado. Su primer
intento de ejercicio de la abogacía fue un verdadero fracaso, que lo
hubiera catapultado hacia la mediocridad profesional, si no hubiera
sido por un sorpresivo contrato en 1893, por un año, en una compañía
india en Sudáfrica, donde había una fuerte colonia de más de 150
mil compatriotas bajo el discrimen, la segregación e
injusticias de todo tipo, que despertó en él su vocación de
servicio patriótico y humanitario, que no se pueden separar, pues
como el mismo dijo, “nadie puede hacer el bien en un espacio
de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo
indivisible”.
En
1894, cuando se destinaba a regresar a la India conoció de una
nueva ley, y después de otras cada vez más injustas que lo
retuvieron por 22 años en la organización, defensa y solidaridad de
sus compatriotas. Pero, los incidentes que marcaron un hito personal
directo se produjeron algunos años después de haber llegado, cuando
fue expulsado a solicitud de un pasajero blanco de un tren en que
viajaba en primera clase hacia pretoria, y cuando lo arrojaron de una
diligencia al negarse a ceder su asiento a otro blanco.
De
una adolescencia acomodada y una posición política de asimilación
de la cultura e integración a la metrópolis, siguiendo el derrotero
paterno, fue verticalizando su posición anti británica, al
percatarse que a pesar de dos siglos de dominación, la visión y los
derechos sobre su pueblo, eran solo de arrogancia y discriminación.
En una comprensible inmadurez política, inició, en su calidad de
abogado una lucha tenaz contra el sistema legal, llegando a
convencerse por la inutilidad de su esfuerzo, que los intereses
políticos en el fondo, jamás permiten que el supuesto tercer
poder "independiente" vaya mucho más allá de una ficción
política.
En
1896 se produce la primera protesta no violenta masiva,
dirigida por Gandhi que insistía en la táctica de “sufrir
el castigo que el gobierno impusiera, pero no obedecer la ley
injusta”.
Este desafío duró 7 años en los cuales miles de indios fueron encarcelados, azotados, incluso fusilados.
Este desafío duró 7 años en los cuales miles de indios fueron encarcelados, azotados, incluso fusilados.
El
gobierno británico se vio obligado a negociar una solución
favorable a los insubordinados y pacíficos luchadores. En 1894 fundó
el Partido Indio del Congreso de Natal en Sudáfrica, instrumento
excepcionalmente básico, pues significaba el centro de la
unificación de la acción comunitaria.
No
solo logró la tan importante y necesaria unidad, sino que facilitó
el logro de importantes obras, tales como hospitales, colonias
agrícolas, periódico, etc., partiendo de la base de la igualdad de
todos, sin atender a diferencias de religión, razas, grupos étnicos
etc. Luchó y obtuvo la emancipación de la mujer, la cual ya no
tendría que usar velos ni vivir en el ostracismo del
enclaustramiento secular del hogar. Esto logró añadir una fuerza
importantísima a la lucha y lo elevó a la categoría de un
exaltado progresista en una época tan retrograda.
También
combatió la arbitraria costumbre del matrimonio de menores
concertado entre los padres. Hizo realidad aquella reflexión
suya de que: “Decir que la mujer es el sexo débil es difamación.
Es la injusticia del hombre contra las mujeres”
En
1915 regresa a la India bajo la egida de los vítores y la
admiración de su pueblo, políticos y religiosos de todo el país.
Viajó por toda la india, ampliando los necesarios conocimientos,
mientras participaba en diferentes propuestas sociales, además de
profundizar en la sabiduría filosófica, política y religiosa.
En
1918, finalizada la Primera Guerra Mundial, se inserta nuevamente en
la actividad pública, prácticamente como el jefe del
movimiento nacionalista y líder espiritual natural.
En 1919, debido a la naturaleza bestial y discriminatoria de la dominación británica, que a través de una ley abusadora, establecía duras penas para los considerados terroristas y sediciosos, a pesar de ser un pueblo esquilmado, desarmado y pacifico, el Brigadier General Dyer, apoyado por 15 batallones indios, (cipayos miserables), ametralló a una multitud indefensa, reunida pacíficamente, matando a 379 personas e hiriendo a más de mil.
En 1919, debido a la naturaleza bestial y discriminatoria de la dominación británica, que a través de una ley abusadora, establecía duras penas para los considerados terroristas y sediciosos, a pesar de ser un pueblo esquilmado, desarmado y pacifico, el Brigadier General Dyer, apoyado por 15 batallones indios, (cipayos miserables), ametralló a una multitud indefensa, reunida pacíficamente, matando a 379 personas e hiriendo a más de mil.
Aunque
Gandhi reconocía que los ingleses no son enemigos, son amigos que
necesitan también libertarse de sus propias ataduras, retó a sus
compatriotas para que resistieran, diciéndoles que aquellos que se
comportaban como gusanos tenían que esperar a que los pisotearan. El
dijo, según su nieto Arungandhi: “¿Cuando aprenderemos a
rebelarnos contra nosotros mismos?” “Nos hemos
acostumbrado a ser tan dependientes, que tenemos que rebelarnos
contra la dependencia. No podemos rebelarnos contra el gobierno, si
no aprendemos primero a rebelarnos contra nosotros mismos”.
Tomado
de Wikipedia libre, biografías y videos, todos de Internet.
Carlos
B. García Ocampo y Joisy García Martínez.
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