Blogroll

jueves, 21 de abril de 2011

Contrarréplica sobre los comentarios

http://www.desdecuba.com/sin_evasion/?p=1273
abril 11, 2011 at 16:28 · Clasificados en Sin Evasión
Como conocen mis lectores más asiduos, es mi norma común no participar directamente en los comentarios; mi escaso acceso a la Internet no me permite tanta interactividad. Prefiero volver sobre los debates posteando, después de leer cuidadosamente cada comentario off line, utilizando el método de contrarréplica pública, siempre que considere necesario aclarar algunos aspectos que no deben quedar sin respuesta a fin de evitar malos entendidos futuros.
En días pasados me permití comentar un artículo del opositor Darsi Ferrer que, como es habitual cuando de este tema se trata, ha despertado en algunos lectores ciertas consideraciones que sería útil ventilar aquí, en el espacio en que fueron vertidas. Para esto, como es también habitual, pongo sobre la mesa mis cartas: no creo haber ofendido a Darsi Ferrer; utilicé el espacio virtual y no la comunicación personal, de la misma manera en que él utilizó esa misma vía para publicar su artículo donde, por demás, menciona mi nombre, lo que me autoriza más aun la réplica; en mi condición de periodista ciudadana me permito el derecho de cuestionarme cualquier programa, postura u opinión, venga de quien venga –sea del gobierno, de la oposición, de un periodista nacional o foráneo o de otro bloguero–, con la misma honestidad con que expongo a la luz pública mis opiniones con la intención de que sean cuestionadas. No entiendo cómo algunos consideran esto “un ataque”, una “batallita” u otra cosa similar. Es decir, ¿hasta cuándo vamos a estar evitando la transparencia y el debate en aras de una mal entendida y peor interpretada “unidad”? Si a un opositor, sea éste cualquiera que fuere, le resulta dañino el cuestionamiento de sus opiniones, muy frágil sería su liderazgo (si lo tuviera) o su prestigio. ¿Es que nos estamos proponiendo la perpetuación del secretismo y las conjuras, a imagen y semejanza de los métodos del régimen que tanto y tantos rechazamos? No obstante, me consta que el autor del artículo de referencia se ha encontrado ocasionalmente con blogueros a los cuales nunca les expuso tales puntos de vista, y lo respeto: esa fue su elección.
Sin embargo, no me resulta preocupante la discrepancia de algunos lectores –que a fin de cuentas no somos un coro de iglesia– sino algunos otros desatinos conceptuales que evidencian la poca noción que tienen algunos sobre la naturaleza del fenómeno blogger alternativo cubano, por ejemplo, cuando dicen que el error de los opositores es “no haberse servido de la blogósfera”. Nunca me cansaré de repetir que como blogger me resisto a subordinarme a nadie, que la esencia del blogger es la independencia total y que no soy portavoz de partidos o individuos, lo que hace imposible “servirse” a voluntad de mi actividad periodística. No tengo ningún interés en “trabajar coordinadamente” con ninguno de los grupos opositores que conozco, lo que no ha ofendido en lo más mínimo a algunos amigos que hace años trabajan desde la oposición en distintos grupos. En no pocas ocasiones han sometido a mi opinión algunas de sus propuestas y, respetuosamente, les he expresado mis criterios en privado: no divulgo programas políticos de ningún tipo ni me sentaré con ninguno a elaborar “una plataforma común”; esa no es mi misión. ¡Ah!, y no se sorprendan si llega el día en que exista esa famosa plataforma y también me la cuestione, como ciudadana libre que soy. Por otra parte, insisto, nada impide que los opositores se abran su propio blog, como ya han hecho algunos.
Hay quien dice que cuando respondo a lo que plantea Darsi me “desvío del objetivo principal” (no sé cuál es ese objetivo; de hecho, ignoraba que alguien me atribuyera “objetivos” que yo misma nunca he enunciado). Ese mismo lector considera que si no existen objetivos –asumo que se refiere al particular, supremo y sagrado objetivo de “derrocar al gobierno”– entonces “se escribe por escribir”, como si la libertad de expresión fuera legítima solo cuando criticamos a la dictadura cubana, y la opinión ciudadana tuviera que orquestar un concierto sometido a los intereses de la oposición. No me siento autorizada para hablar en nombre de la blogósfera, habida cuenta de que no somos un bloque homogéneo, pero por lo que a mí respecta no acepto el simplismo que supone la manida frase “están luchando por lo mismo”. Es una visión falseada de la realidad. Aunque la aspiración a una Cuba democrática sea el sueño compartido de muchos cubanos, más allá de los que están en la disidencia activa de cualquier denominación, no somos iguales, no nos proyectamos de la misma manera, ni “luchamos” exactamente “por lo mismo”. Y ahora digo una vez más: ¡bendita sea la diversidad!
Otro lector afirma con acierto que “todo es político”. Yo comparto ese criterio, porque cada acción de los hombres en sociedad para la búsqueda de soluciones es un ejercicio político. Ahora bien, una cosa es tener criterios políticos y otra, bien distinta, es militar en una organización política. Sobre todo en el caso cubano, plagado de indefiniciones y conflictos de todo tipo de los que no escapan algunos grupos opositores; y donde la falta de cultura cívica y política es un mal endémico a nivel social. En ese particular, la blogósfera quizás se relaciona más con la función de establecer puentes entre diferentes grupos de opinión y entre variados sectores de la sociedad, que en el ejercicio político propiamente dicho con sus correspondientes compromisos ideológicos. Algunos blogueros, con nuestros errores y aciertos, pretendemos desde la práctica de la ciudadanía virtual, ayudar a impulsar el nacimiento del ciudadano real. Es una tarea de larga data, no de la inmediatez; es un destino cívico, no ideológico. Un grupo político suele decir: “piensen en mí como solución”; en tanto un blogger de opinión prefiere decir sencillamente: “pensemos”. Tal como yo lo veo, eso puede resultar útil a los políticos si éstos son realmente honestos; a fin de cuentas la política es una profesión DE SERVICIO AL CIUDADANO, por tanto, el político se debe subordinar a él, y no a la inversa. En este caso, la ciudadana soy yo y los opositores son los políticos, ¿cuál es el sacrilegio?
No falta la paranoia del fantasma de la Seguridad del Estado. La verdad es que a mí me importa poco lo que opine el G-2 sobre algún diferendo de criterios entre sectores disidentes. Es más, que discrepemos pública y respetuosamente es una práctica que nos distancia mucho de las frecuentes intrigas enmascaradas entre personajes y grupos de la nomenklatura, a las que están tan acostumbrados los agentes de la SE. Lo que es su debilidad sería nuestra fortaleza. Me encantaría que en sus “cuarteles” se notara esa diferencia entre sus métodos y los nuestros. Por otra parte, la supuesta “zanja” entre Darsi y yo solo existe en la mente de algunos lectores demasiado imaginativos. No dudaría un momento en defender los derechos de Darsi, como de cualquier otro disidente o cubano de a pie; y asumo convencida que él haría lo mismo por mí.
Creo importante aclarar también a un lector que dice que el espacio virtual permite ocultar la verdadera identidad de los que escriben. Eso es cierto, pero casi la absoluta totalidad de los bloggers alternativos cubanos usan su propio nombre. Quizás le sorprenda saber que algunos cubanos que han firmado reclamos de la oposición han rehusado poner su número de identidad, y muchísimo menos se atreverían a legitimar esa firma ante notario, como exige la ley para validar cada documento. Conozco varios firmantes de proyectos opositores que también en 2002 firmaron el carácter irrevocable del socialismo en la Constitución de los Castro. No es una crítica que les hago: son fenómenos propios de los países regidos por dictaduras; solo lo menciono para señalar que el disimulo social no es una característica inherente al espacio virtual, sino a toda la sociedad cubana en su conjunto, fruto de la naturaleza despótica de este régimen. Tampoco escribir en la red nos pone a salvo de la represión: los censores y sus esbirros saben quiénes somos y dónde vivimos, ergo, estamos tan expuestos como los opositores.
Por último, algún lector refiere una frase de Martí a propósito de que el ejercicio de la crítica debe realizarse “frente a frente”. El grave problema de descontextualizar a Martí es que generalmente olvidamos que su titánica labor política y patriótica –de asombrosa vigencia en muchos aspectos- tuvo lugar en el siglo XIX. Sus principios son encomiables y su ejemplo, magnífico; pero estoy convencida que si Martí hubiese tenido a su alcance una herramienta tan útil como la Internet, no hubiese dudado en utilizarla también para ejercer su aguda (y muchas veces punzante) crítica. Ese es el beneficio de la tecnología que hoy está a nuestro alcance. Así pues, amigos, perdonen si padezco la manía de la opinión; tengo una mirada crítica y prefiero ofrecer mis puntos de vista antes que callarlos. No me alcanzaría la vida para ir de puerta en puerta diciendo a cada quien lo que creo, por eso tengo un blog. No olvidar en este caso que tampoco a mi puerta tocó nadie, ni fui yo quien lanzó la primera “piedra”. Estoy en paz; no hay agravios.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Blog Archive