Entradas
http://youtu.be/r-vzTmusfAw
El ESTIGMA EN EL EJERCICIO DEL ARTE CUBANO
León Padrón Azcuy, la habana martes 20 de agosto de 2013
Para nadie es un secreto el gran estigma que el régimen cubano impuso desde su llegada al poder, no solo en el arte, el tema que me ocupa. Sino también en el deporte y otras esferas, a quienes enroló bajo una supuesta bondad desinteresada del Estado benefactor. Una barrabasada que no solo ha traído consigo insolvencia a quienes poseen talentos exclusivos dentro de la sociedad cubana, también absurdas exclusiones que siguen resultando muy dañinas en general.
Ya el arte, desde la llegada del llamado período especial empezó a problematizar sobre las condiciones socioeconómicas de los insulares. Y no solo eso, la terrible crisis despertó un gran interés de los artistas por vincularse a los perímetros de mercado y consumo de obras de arte. Una necesidad comercial que, no todos los creadores la pueden lograr, ya que es necesario entablar una conexión con el coleccionista o compradores de pinturas. A quienes es imprescindible atraer con el objeto terminado, estéticamente agradable, y que enfatice el contenido del mensaje. Algo que no sólo se logra con el talento. Es necesario entre otras cosas, la utilización de buenos materiales a la hora de pintar.
En este punto, muchos pintores se ven limitados, por la miseria imperante de poder comprar los materiales que necesitan, y estos materiales, -aun siendo de segunda- más bien para aficionados, son más caros aquí, que en cualquier parte del mundo.
Sobre este tema este reportero conversó con el creador Reinier Alejandro Fernández, nacido en ciudad habana en 1979, graduado de la escuela de fotografía profesional de la UNEAC en el 2003, y uno de los excelentes pintores de formación autodidacta, cuya obra artística se debe totalmente a la luz de su talento, totalmente independiente, por exclusión de los órganos culturales estatales, desde 1998 comenzó a ganarse la vida, primeramente a través de sus dibujos y luego de sus pinturas.
“Jamás he recibido apoyo de las autoridades culturales de la isla quien me considera un desafecto”, dijo, y añadió, “esto solo está reservado para los que comulgan sumisamente con el oficialismo. Para los jóvenes creadores, consagrados del sistema, existe un determinado subsidio de materiales de pintura, reciben un salario y abundante promoción, conformando la propaganda culturalista de la dictadura cubana, que además les otorga una patente en el registro de los creadores, a fin de facilitarles la compra de algunos materiales a bajos precios.
Mientras los pintores independientes tienen que comprar un rollo de lienzo entre los 260 y 400 CUC en tiendas en divisas, los oficialistas lo consiguen en 60, siempre y cuando se dejen utilizar por la maquinaria oficialista de propaganda, que además se encarga de promocionarlos como una falsa vanguardia que no existe.
Reinier no tiene que agradecerle nada al gobierno, aprendió las técnicas de manera intuitiva, tomando las cosas al vuelo. Gracias a la amistad con otros creadores independientes que lo ayudaron a proyectar algunas ideas en pequeños formatos, llegó a perfeccionar el estilo del autorretrato y el abstraccionismo. Autodidacta al fin, y fuera del auspicio comunista, tuvo que irse probando en cada una de esas escuelas. En sus creaciones se aprecia pautas de pintores de otras épocas que hicieron hito. Su tránsito por otros géneros como el impresionismo y surrealismo, le ha permitido conducir su obra hasta un abstraccionismo surrealista, que distingue con una apreciable estética. La mayoría de sus obras, constituyen a veces un discurso universal que brinda la oportunidad de rebasar las palabras.
Es un pintor ecléptico y hace lo que le viene a la mente. Dentro de sus creaciones más gustadas se encuentra la Marina Ernest Hemingway, María Carla, Continuidad, Platanoes, Lea y el Guajiro Tabaquero. Gusta de la obra de Nicolás de la Escalera, un autodidacta del siglo XIX que pintaba copiando, y captó la luminosidad de las obras cubanas, a quien le pagaban por sus retratos que era el tema más frecuente.
Como otros tantos creadores cubanos, Reinier Alejandro sufre la unilateral proyección cultural y artística presente todavía en la isla. Cuyo anquilosamiento se gesta a través del consejo Nacional de Cultura, el Departamento de orientación revolucionaria (DOR), el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y el CODEMA. Verdaderas alimañas, que secuestran el arte y lo encaminan a ser propaganda política, convirtiendo todas las opciones de la Cultura y el arte en función de la política comunista.
Hace algún tiempo el laureado pintor José Luis Medina, quien paga un enorme precio por ser un crítico del régimen, también se quejó de la asfixia a que lo somete la maquinaria del régimen militar. En esa ocasión dijo “No es justo que los pintores que producen excelentes obras sean confinados a una feria que las autoridades permiten en la habana vieja, donde los creadores para comercializar sus obras, tenemos que prescindir de nuestras firmas y ofertarla a muy bajos precios a intermediarios que lucran a costa de nosotros con el auspicio del gobierno comunista”.
Tanto Medina como Reinier, y todos los que no comulguen con el oficialismo están condenados al ostracismo, exceptuados de participar en los murales colectivos, y privados del derecho a incluirse en el registro de creadores, despojándolo de las facilidades que otorgan para adquirir a precios módicos materiales de pintura: olios, pinceles, lienzos y otros.
Reinier paga por ser firmante del Proyecto Varela, y dirigir una ingenua petición al Ministro de cultura de aquel momento Abel Prieto, en la que le solicitaba un espacio cultural de galería, ferias y otras promociones culturales y exposiciones para los creadores independientes.
Lamentablemente la dictadura comunista se reserva el derecho a través de la existencia de una resolución ministerial, muy radical, que estipulan y otorgan la admisión de quienes son o quienes no son artistas plásticos. De esta manera cínica y arbitraria le fue respondida la petición.
Leonpadron10@gmail.com
El ESTIGMA EN EL EJERCICIO DEL ARTE CUBANO
León Padrón Azcuy, la habana martes 20 de agosto de 2013
Para nadie es un secreto el gran estigma que el régimen cubano impuso desde su llegada al poder, no solo en el arte, el tema que me ocupa. Sino también en el deporte y otras esferas, a quienes enroló bajo una supuesta bondad desinteresada del Estado benefactor. Una barrabasada que no solo ha traído consigo insolvencia a quienes poseen talentos exclusivos dentro de la sociedad cubana, también absurdas exclusiones que siguen resultando muy dañinas en general.
Ya el arte, desde la llegada del llamado período especial empezó a problematizar sobre las condiciones socioeconómicas de los insulares. Y no solo eso, la terrible crisis despertó un gran interés de los artistas por vincularse a los perímetros de mercado y consumo de obras de arte. Una necesidad comercial que, no todos los creadores la pueden lograr, ya que es necesario entablar una conexión con el coleccionista o compradores de pinturas. A quienes es imprescindible atraer con el objeto terminado, estéticamente agradable, y que enfatice el contenido del mensaje. Algo que no sólo se logra con el talento. Es necesario entre otras cosas, la utilización de buenos materiales a la hora de pintar.
En este punto, muchos pintores se ven limitados, por la miseria imperante de poder comprar los materiales que necesitan, y estos materiales, -aun siendo de segunda- más bien para aficionados, son más caros aquí, que en cualquier parte del mundo.
Sobre este tema este reportero conversó con el creador Reinier Alejandro Fernández, nacido en ciudad habana en 1979, graduado de la escuela de fotografía profesional de la UNEAC en el 2003, y uno de los excelentes pintores de formación autodidacta, cuya obra artística se debe totalmente a la luz de su talento, totalmente independiente, por exclusión de los órganos culturales estatales, desde 1998 comenzó a ganarse la vida, primeramente a través de sus dibujos y luego de sus pinturas.
“Jamás he recibido apoyo de las autoridades culturales de la isla quien me considera un desafecto”, dijo, y añadió, “esto solo está reservado para los que comulgan sumisamente con el oficialismo. Para los jóvenes creadores, consagrados del sistema, existe un determinado subsidio de materiales de pintura, reciben un salario y abundante promoción, conformando la propaganda culturalista de la dictadura cubana, que además les otorga una patente en el registro de los creadores, a fin de facilitarles la compra de algunos materiales a bajos precios.
Mientras los pintores independientes tienen que comprar un rollo de lienzo entre los 260 y 400 CUC en tiendas en divisas, los oficialistas lo consiguen en 60, siempre y cuando se dejen utilizar por la maquinaria oficialista de propaganda, que además se encarga de promocionarlos como una falsa vanguardia que no existe.
Reinier no tiene que agradecerle nada al gobierno, aprendió las técnicas de manera intuitiva, tomando las cosas al vuelo. Gracias a la amistad con otros creadores independientes que lo ayudaron a proyectar algunas ideas en pequeños formatos, llegó a perfeccionar el estilo del autorretrato y el abstraccionismo. Autodidacta al fin, y fuera del auspicio comunista, tuvo que irse probando en cada una de esas escuelas. En sus creaciones se aprecia pautas de pintores de otras épocas que hicieron hito. Su tránsito por otros géneros como el impresionismo y surrealismo, le ha permitido conducir su obra hasta un abstraccionismo surrealista, que distingue con una apreciable estética. La mayoría de sus obras, constituyen a veces un discurso universal que brinda la oportunidad de rebasar las palabras.
Es un pintor ecléptico y hace lo que le viene a la mente. Dentro de sus creaciones más gustadas se encuentra la Marina Ernest Hemingway, María Carla, Continuidad, Platanoes, Lea y el Guajiro Tabaquero. Gusta de la obra de Nicolás de la Escalera, un autodidacta del siglo XIX que pintaba copiando, y captó la luminosidad de las obras cubanas, a quien le pagaban por sus retratos que era el tema más frecuente.
Como otros tantos creadores cubanos, Reinier Alejandro sufre la unilateral proyección cultural y artística presente todavía en la isla. Cuyo anquilosamiento se gesta a través del consejo Nacional de Cultura, el Departamento de orientación revolucionaria (DOR), el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y el CODEMA. Verdaderas alimañas, que secuestran el arte y lo encaminan a ser propaganda política, convirtiendo todas las opciones de la Cultura y el arte en función de la política comunista.
Hace algún tiempo el laureado pintor José Luis Medina, quien paga un enorme precio por ser un crítico del régimen, también se quejó de la asfixia a que lo somete la maquinaria del régimen militar. En esa ocasión dijo “No es justo que los pintores que producen excelentes obras sean confinados a una feria que las autoridades permiten en la habana vieja, donde los creadores para comercializar sus obras, tenemos que prescindir de nuestras firmas y ofertarla a muy bajos precios a intermediarios que lucran a costa de nosotros con el auspicio del gobierno comunista”.
Tanto Medina como Reinier, y todos los que no comulguen con el oficialismo están condenados al ostracismo, exceptuados de participar en los murales colectivos, y privados del derecho a incluirse en el registro de creadores, despojándolo de las facilidades que otorgan para adquirir a precios módicos materiales de pintura: olios, pinceles, lienzos y otros.
Reinier paga por ser firmante del Proyecto Varela, y dirigir una ingenua petición al Ministro de cultura de aquel momento Abel Prieto, en la que le solicitaba un espacio cultural de galería, ferias y otras promociones culturales y exposiciones para los creadores independientes.
Lamentablemente la dictadura comunista se reserva el derecho a través de la existencia de una resolución ministerial, muy radical, que estipulan y otorgan la admisión de quienes son o quienes no son artistas plásticos. De esta manera cínica y arbitraria le fue respondida la petición.
Leonpadron10@gmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario