Ante
la vista de aproximadamente tres generaciones han estado presentes
miles de carteles alegóricos a ideologías y a bravuconerías baratas, uno
de los que más me llamaba la atención en mi niñez decía:
“Señores imperialistas: no les tenemos absolutamente ningún miedo”.
La doble moneda y la dependencia sobre las
inversiones extranjeras nos muestran una situación económica que nos
deja mucho que desear. Las llamadas inversiones extranjeras exponen aún
más a la vista las tremendas desigualdades en que vive sumida la Cuba de
hoy.
Desde hace tiempo existen dos clases sociales que
las separa un auténtico abismo. Los que manejan dólares
(mayoritariamente procedentes de familiares que viven en el exterior) y
aquellos que teniendo negocios, ya sean legales o no, les permite
ingresos en esa dura moneda.
En el otro sector se encuentran los que no tienen
esas posibilidades y sufriendo todas estas penurias mal comen e intentan
buscar (a cualquier costo) dinero para vestirse, comprar medicinas, o
cualquier otra cosa necesaria para vivir. No recuerdo exactamente en
estos momentos quién dijo que no existe pueblo más indefenso que aquel
que no puede soñar, y me atrevo a asegurar que es nuestro caso. No me
queda claro cuanta culpa tienen los norteamericanos por nuestras
carencias, pero lo que sí está clarísimo es el efecto desgarrador y
nocivo que ha producido y producen los constantes cambios que en
política económica ha dado el Gobierno.
Irónicamente, hay personas que tienen como
objetivo agobiarnos, reprimirnos y coaccionarnos… pero encuentran
refugio en los EEUU. Quizás por el detalle de este cartel en particular,
es que en la mayoría de los casos todos quieren viajar hacia el gigante
y malvado capitalismo… si analizamos un poco estos detalles, entonces
podemos asegurar que los mandarines y sus familiares en verdad no les
tienen absolutamente ningún miedo. ¡Miedo no… que va!
0 comentarios:
Publicar un comentario