Joisy García Martínez.
“Es licito todo lo que la ley no prohíbe”
Al constatar la incapacidad institucional para dar respuestas a inquietudes ciudadanas, que ya han sido elevadas -con suficiente tiempo de anticipción- por los diferentes mecanismos establecidos del denominado Poder Popular, no nos a quedado otro remedio que la intentona de una protesta cívica frente a la Asamblea Nacional de la Republica de Cuba.
Ciudadanos y electores de diferentes barrios nos hemos tomado muy en serio el artículo 63 de la Constitución de la Republica de Cuba, el cual nos da el derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y a recibir la atención o respuestas pertinentes en plazo adecuado, conforme a la ley.
Hemos estado exigiendo respuestas o tan siquiera el compromiso de que se debatan nuestras inquietudes y como casi siempre solo hemos recibido evasivas a nuestras demandas por parte de los factores, por este motivo y en esta ocasión cogimos la manigua en la Capital.
Nos faltaba solamente unas cuadras para llegar a la Asamblea, cuando la seguridad del estado nos detienen, nos incautan los carteles que decían: Exigimos respuestas a nuestras demandas ciudadanas, sin respuestas planteamientos ciudadanos elevados por los diferentes mecanismos del poder popular
De espectacular y pamplinoso catalogaría el despliegue policial que se nos tendió, oigo a una señora que caminaba por la acera y pregunta que pasa, la respuesta de un seguroso es grosera, le dice que la curiosidad mato al gato, continúe señora. Veo como nos registran, no nos resistimos somos pacíficos ciudadanos exigiendo que hagan su trabajo los parlamentarios, me confiscan -que me confiscan me roban un nuevo Herald, un Granma, un cubanews y mi libreta de apuntes, nos meten en diferentes carros. Silvio Benítez Márquez, Nelson Rodríguez Chaltran, Arsenio Cabrera Martínez, Marcelo José Quintana, Julio Castillo Martínez, Idalberto Acuña Carabeo y yo somos trasladados a penitenciarias.
Comparto esposas y un patrullero con Idalberto y Julio, el carro va muy de prisa por todas las avenidas, le digo que no tenemos apuro, no nos callamos en todo el camino, le explicamos a los policías que no somos delincuentes, que las demandas que solicitamos a los parlamentarios es para todos los cubanos incluidos ellos, parecen soldaditos de plomo no se atreven ni a preguntar nada y fingen no oír, en cuestiones de segundos estamos entrando en la estación de policía de la Lisa.
Idalberto tiene muy apretadas las esposas y no se calla, exige nuestros derechos, al fin nos desencadenan y nos meten en lo que parece ser un aula de los policías, allí nos hacen un acta de detención que nos negamos a firmar, por creer arbitraria la detención.
Llegan dos policías que se identifican como jefe de la estación de policía y segundo jefe de la unidad en general, ellos nos aclaran que no estamos detenidos por la policía, como decía el acta de detención, que no firmaron son objetivo de la C. I., uno de ellos nos pregunta que hicimos y que demandamos, le explicamos y jaranea con que Alarcón el presidente de la asamblea estaba de visita en china, como se nos ocurría ir si no estaba en Cuba, burlonamente le digo que Alarcón hace años esta en china, desde que el muchachito de la U.C.I lo puso como un zapato, creo que no les gusto el chiste y nos aclaran que pasaremos a los calabozos donde existen reglas que nos leeremos al entrar y son de estricto cumplimiento, esperan un buen comportamiento de injustos encarcelados.
Habíamos acordado horas antes no almorzar y note preocupación por parte de los policías, me preguntan si estoy plantado y les contesto sarcásticamente que no estoy plantado, que sencillamente estoy acostumbrado a un aliñito que agrego a mis comidas en casa y que como ingredientes lleva naranja agria, aceite, ajo, sal y uno de ellos no se lo cree e insiste, hay jamonada, arroz, chicharos y pan, respondo, muy bueno pero no gracias.
Despojado de cordones, cinto y sin nada en los bolsillos me encuentro en una celda con dos desconocidos, rompo la inercia y el silencio, señores hay que pasar el tiempo porque no sabemos cuando nos vamos de aquí, así que con la máxima de que todos somos inocentes comencemos por identificarnos y rompimos el silencio de las mazmorras.
Uno de ellos era muy callado y supimos al final de la tarde que estaba preso por sospechas del robo de una bicicleta, el otro fue mas comunicativo y abierto, me dice que se llama Domingo Argudin y que esta preso por una falsa acusación de amenaza a su esposa, conocemos a una persona en común y se extiende el dialogo por horas.
Proceso de instrucción.
Se identifican como el Mayor Eric de la C.I. y el otro mucho mas joven ni recuerdo el nombre, bueno que importa si al parecer es un aprendiz de represorcito algo curioso, aunque con muy buenos modales y conocimientos al parecer de leyes nacionales.
Que es lo que sucede con ustedes y porque han asumido esa actitud.
Explico no se por cuanta vez, que hemos estado exigiendo por todos los canales correspondientes peticiones ciudadanas y ni tan siquiera el compromiso de análisis nos han dado los factores del llamado Poder Popular, como casi siempre el regañito oficialista y me invitan a ser paciente, me incitan a leer la manicure de la revolución o sea los lineamientos que se debatirán en el congreso del único Partido legalizado en el país etc.
Es bueno apuntar que fue una entrevista con una sutil ética policíaca que duro aproximadamente unos 40 minutos.
Usted tampoco va a comer, esta buena hay pollo
No muchas gracias, prefiero no comer, como ya le comunique por la mañana no traje mi aliñito que acostumbro a echar a mis comidas, por lo tanto se lo agradezco en el alma pero no.
Para no ser más extenso, contare que me soltaron a las 8 PM fui el ultimo de los que estábamos en la Lisa y llegue a mi casa a las 11 por la falta de transporte.
Al otro día, como habíamos quedado, si nos soltaban nos encontraríamos con Silvio en su casa, allí supe de la cantidad de llamadas a su celular y agradezco infinitamente a todos los que de una u otra forma se preocuparon por nosotros, gracias, que gracias muchas gracias, un abrazo.
joisygarcia@gmail.com
Muy detallado el relato, pero ¿Cuales eran sus demandas?
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