La
Habana. Nelson Rodríguez Chartrand.
Hermanos; intentar ser libre en Cuba es una gran proeza que no
se puede llevar a cabo si no se renuncia a la familia, a los amigos,
a los amores limpios y verdaderos; si no se renuncia a los sueños
por los cuales ofrecimos en sacrificio los mejores años de nuestras
vidas, construidos sobre las promesas de quienes nos prometieron
darnos un futuro mejor y que al final descubrimos que todo fue una
gran falacia, una estafa espiritual y sentimental incomparablemente
mayor al peor de los crímenes. ¡Eso, no se hace!
Se
perfectamente de nuestra imperfección humana, pues no reconocerlo
seria como no aceptarnos a nosotros mismos, ¡pero coño!, lo menos
que podemos hacer cuando nos equivocamos es reconocerlo, y tener la
sensibilidad y el coraje de ofrecer nuestras disculpas y retirarnos
a afrontar las consecuencias.
Desgraciadamente
nuestros falsos ángeles protectores no conocen de esta virtud, y
persisten en mantenerse en el poder a sabiendas de que ya nadie les
cree, e incluso, ni los que dicen creerles.
Pero…
¡es que tampoco admiten que les digan las verdades pacíficamente!
¡Pues
NO!, quien calla una injusticia, se hace cómplice de ella.
¡Por
eso denuncio en este espacio de emancipación, la marginación
social, el abuso y la represión a que son sometidos los cubanos que
tienen el coraje de decir sin tapujos la verdad!
¡Denuncio
los actos de repudio y arrestos arbitrarios a que son objetos los
hombres y mujeres que desafían la vida luchando pacíficamente por
la libertad.
¡Denuncio
la cruel represión, golpizas, maltratos y detenciones arbitrarias a
que son objeto cada mañana de domingo esas Damas de Blanco que
pacíficamente con una flor en sus manos, peregrinan en nombre de la
paz y la justicia!
¡Denuncio
el hambre, la miseria, las desigualdades injustificadas y las
condiciones indecorosas en que viven la mayoría de los cubanos!
¡Denuncio
el acoso a que son sometidos los trabajadores por cuenta propia por
parte de los inspectores corruptos del gobierno!
¡Denuncio
la corrupción de los tribunales de Justicia y su sumisión a los
designios del Gobierno y del Partido Comunista!
¡Denuncio
los miles de hombres, mujeres y jóvenes que cumplen largas penas
en las infernales cárceles cubanas, por el solo hecho de tratar de
subsistir, hijos e hijas, padres y madres, todos del mayoritario
pueblo desamparado!
¡Denuncio
la obligación a delinquir de los padres y madres del pueblo cubano
para poder dar alimento a sus hijos!
¡Denuncio
las lágrimas de padres y madres que también sufren la tristeza de
sus hijos por no tener un par de zapatos decentes que ponerse!
¡Denuncio
la imposibilidad de esos mismos niños de pueblo de tener juguetes
con qué jugar!
Hermanos;
¿Tengo
que callar que el domingo 4 de mayo pasado, el recluso de 23 años
Javier Rabí Mederos atentó contra su vida en la prisión de kilo 7
en la provincia de Camagüey, clavándose un punzón en el vientre,
después de haber sido esposado, golpeado y arrastrado salvajemente
por los carceleros?
¿Tengo
que callar que el pasado 20 de mayo fueron apedreados en la
provincia de Ciego de Ávila por miembros de la Brigada de
Respuesta Rápida monitoreada por la Policía Política, el opositor
pacífico Michel Batista Fernández y su esposa?
¿Tengo
que callar que el pasado 22 de mayo el recluso de 24 años de edad,
Luis Miguel Arias Cala, fue ingresado en estado de coma en el
hospital provincial de Holguín por negligencia médica, la cual le
provocó un infarto en el miocardio?
¿Tengo
que callar que en la prisión de Kilo 8 en la provincia de Camagüey,
el recluso Erick García se declaró en huelga de hambre por
negársele asistencia jurídica, y como represalia fue trasladado
hacia una celda de castigo?
¿Tengo
que callar que recientemente, mi amigo personal Joisy García
Martínez,, fue agredido violenta e impunemente por un agente de la
Policía Nacional Revolucionaria por el solo hecho de protestar por
el evidente mal servicio del transporte público y afirmar que el
socialismo no es ni próspero ni sostenible?
¿Tengo
que callar que los cubanos, ya antes de nacer, tienen preestablecidos
su forma de pensar; lo que tienen que decir, estudiar y hacer?
¡Pues
NO hermanos Brasileños!
Prefiero
morir en la cárcel a ser cómplice y callar ante la injusticia.
Muchas
gracias.
¡Ahora
me siento mejor!
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