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martes, 24 de junio de 2014

Desahogo. .. ¿Y tengo que callar?

 La Habana. Nelson Rodríguez Chartrand.

Hermanos; intentar ser libre en Cuba es una gran proeza que no se puede llevar a cabo si no se renuncia a la familia, a los amigos, a los amores limpios y verdaderos; si no se renuncia a los sueños por los cuales ofrecimos en sacrificio los mejores años de nuestras vidas, construidos sobre las promesas de quienes nos prometieron darnos un futuro mejor y que al final descubrimos que todo fue una gran falacia, una estafa espiritual y sentimental incomparablemente mayor al peor de los crímenes. ¡Eso, no se hace!

Se perfectamente de nuestra imperfección humana, pues no reconocerlo seria como no aceptarnos a nosotros mismos, ¡pero coño!, lo menos que podemos hacer cuando nos equivocamos es reconocerlo, y tener la sensibilidad y el coraje de ofrecer nuestras disculpas y retirarnos a afrontar las consecuencias.
Desgraciadamente nuestros falsos ángeles protectores no conocen de esta virtud, y persisten en mantenerse en el poder a sabiendas de que ya nadie les cree, e incluso, ni los que dicen creerles.

Pero… ¡es que tampoco admiten que les digan las verdades pacíficamente!

¡Pues NO!, quien calla una injusticia, se hace cómplice de ella.
¡Por eso denuncio en este espacio de emancipación, la marginación social, el abuso y la represión a que son sometidos los cubanos que tienen el coraje de decir sin tapujos la verdad!

¡Denuncio los actos de repudio y arrestos arbitrarios a que son objetos los hombres y mujeres que desafían la vida luchando pacíficamente por la libertad.
¡Denuncio la cruel represión, golpizas, maltratos y detenciones arbitrarias a que son objeto cada mañana de domingo esas Damas de Blanco que pacíficamente con una flor en sus manos, peregrinan en nombre de la paz y la justicia!

¡Denuncio el hambre, la miseria, las desigualdades injustificadas y las condiciones indecorosas en que viven la mayoría de los cubanos!
¡Denuncio el acoso a que son sometidos los trabajadores por cuenta propia por parte de los inspectores corruptos del gobierno!

¡Denuncio la corrupción de los tribunales de Justicia y su sumisión a los designios del Gobierno y del Partido Comunista!
¡Denuncio los miles de hombres, mujeres y jóvenes que cumplen largas penas en las infernales cárceles cubanas, por el solo hecho de tratar de subsistir, hijos e hijas, padres y madres, todos del mayoritario pueblo desamparado!

¡Denuncio la obligación a delinquir de los padres y madres del pueblo cubano para poder dar alimento a sus hijos!
¡Denuncio las lágrimas de padres y madres que también sufren la tristeza de sus hijos por no tener un par de zapatos decentes que ponerse!

¡Denuncio la imposibilidad de esos mismos niños de pueblo de tener juguetes con qué jugar!

Hermanos;
¿Tengo que callar que el domingo 4 de mayo pasado, el recluso de 23 años Javier Rabí Mederos atentó contra su vida en la prisión de kilo 7 en la provincia de Camagüey, clavándose un punzón en el vientre, después de haber sido esposado, golpeado y arrastrado salvajemente por los carceleros?

¿Tengo que callar que el pasado 20 de mayo fueron apedreados en la provincia de Ciego de Ávila por miembros de la Brigada de Respuesta Rápida monitoreada por la Policía Política, el opositor pacífico Michel Batista Fernández y su esposa?

¿Tengo que callar que el pasado 22 de mayo el recluso de 24 años de edad, Luis Miguel Arias Cala, fue ingresado en estado de coma en el hospital provincial de Holguín por negligencia médica, la cual le provocó un infarto en el miocardio?

¿Tengo que callar que en la prisión de Kilo 8 en la provincia de Camagüey, el recluso Erick García se declaró en huelga de hambre por negársele asistencia jurídica, y como represalia fue trasladado hacia una celda de castigo?

¿Tengo que callar que recientemente, mi amigo personal Joisy García Martínez,, fue agredido violenta e impunemente por un agente de la Policía Nacional Revolucionaria por el solo hecho de protestar por el evidente mal servicio del transporte público y afirmar que el socialismo no es ni próspero ni sostenible?

¿Tengo que callar que los cubanos, ya antes de nacer, tienen preestablecidos su forma de pensar; lo que tienen que decir, estudiar y hacer?
¡Pues NO hermanos Brasileños!

Prefiero morir en la cárcel a ser cómplice y callar ante la injusticia.
Muchas gracias.

¡Ahora me siento mejor!

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